Todos los que colaboramos con asociaciones de protección animal escuchamos con cierta frecuencia frases del estilo: «Cómo me va a cobrar, encima que adopto y no compro», «Pues si me cobras por adoptar, mejor voy y lo compro de raza», «¿Me vas a cobrar encima que voy a salvar una vida?», «Lo siento, pero no tengo dinero» y, así muchas más, a cada cual más creativa.
Aunque respetamos cualquier tipo de opinión, ya que mucha gente no tiene por qué conocer la realidad tras la gestión de una asociación, creemos que es de pura lógica el hecho de entender el porqué tras una explicación como la que vamos a exponer, pero, aun así, hay gente que no se contenta, ni se contentará con ello. Está claro que a esa gente no se la puede convencer y, seguramente, no sea un adoptante idóneo.
Lo primero que debemos de tener en cuenta antes de adoptar es que los animales no son juguetes, son compañeros de vida, son nuestra familia.
Las cuatro fases de la adopción
Para adoptar un animal las asociaciones suelen seguir cuatro fases (desconfiad de las asociaciones o particulares que no las siguen):
- Me he enamorado de este animal. Aquí llega la primera recomendación, no adoptes por el atractivo visual de un animal, adopta por química y, sobre todo, porque sea un animal que se vaya a adaptar bien a tu estilo de vida. Por ejemplo, si eres una persona sedentaria, por mucho que te parezca precioso un border collie, quizás no sea la mejor opción. Siempre déjate asesorar por los responsables de la asociación.
- Un cuestionario pre-adopción, donde se debe contestar a diversas preguntas destinadas a conocer mejor a la familia que opta a adoptar un animal. Este cuestionario sirve para ver qué animal se adapta mejor a tu estilo de vida y evitar la adopción por impulso y, segundo, ver si tu familia es apta para tal responsabilidad, porque no son juguetes, son seres vivos.
- Tasa de adopción. Este pago suele servir de criba para la gente que no entiende que un animal es un ser vivo con las responsabilidades que ello conlleva. Un nuevo compañero de vida se incorporará a tu familia, tal y como si tuvieses un hijo y, lógicamente, todo hijo genera unos gastos de vida: una alimentación de calidad, accesorios adecuados, cuidados de higiene, prevención ante parásitos, gastos veterinarios derivados de posibles enfermedades… Si no quieres pagar una tasa de adopción, ¿querrás abonar una operación de 1.000 euros ante cualquier problema que pueda surgir?
- Firma de contrato de adopción. En este documento que debe ser firmado por ambas partes, asociación y adoptante, se especifican una serie de condiciones para intentar asegurar una calidad de vida y bienestar al animal, por ello se especifica que la asociación puede hacer un seguimiento del estado del animal, con el cual la familia se compromete a informar de cualquier problema. Además, te comprometes a no entregar al animal a otra persona sin previo conocimiento y aprobación de la asociación y si, en algún momento tienes que dejar de convivir con el animal, te comprometes a devolvérselo a la asociación que te lo dio en adopción.
Las tasas de adopción varían bastante dependiendo de la localidad, las condiciones de entrega del animal o la tipología de gestión, pero el intervalo suele ser de 100 a 250 euros. Por ejemplo, en el caso de las asociaciones que gestionan perreras municipales, es una tasa municipal que suele imponer el Ayuntamiento, no la propia asociación.
En nuestra opinión, todos los animales que son adoptados deberían estar esterilizados, vacunados, desparasitados, chipados y testados. Los compromisos de castración son un riesgo y creemos que siempre se debería entregar ya castrado, salvo en los casos de que por edad (cachorros) todavía no se puedan esterilizar, ya que si no haces un buen control del adoptante, puede que no lo quiera castrar o, incluso, que lo utilice para criar.
«La esterilización es el primer paso para trabajar contra el abandono de animales y las camadas indeseadas»
Todas estas acciones sirven para que el nuevo integrante de tu familia sea un animal sano, pero, obviamente, aunque algunas asociaciones puedan tener un descuento por acuerdos con clínicas veterinarias, todo esto conlleva un alto coste.
«¿Por qué tengo que pagar una tasa por adoptar? Eso es que estás haciendo negocio…»
Ante estos cálculos no debemos obviar el hecho de que las asociaciones cobran la misma tasa sea un animal que lleva un mes a su cargo o tres años, sea un animal atropellado en el que han tenido que invertir miles de euros en cirugías… o un cachorro.
«Comprar un animal, sin contar con los costes sanitarios incluidos en una tasa de adopción, puede oscilar entre 500 y 1.500 euros»
Imaginaros el caso de un gato atropellado con diversas fracturas, lógicamente, como entidad que vela por los animales se intenta hacer todo lo posible por salvarle si va a tener una vida digna, pues vamos allá… cirugías, pruebas específicas como radiografías o ecografías, hospitalizaciones y medicaciones, entre 1.000 y 2.000 euros de gasto. Esos altísimos costes nunca se le cobran al adoptante.
Además, debemos tener en cuenta que la asociación asume muchos más gastos, como la alimentación de los animales, tratamientos durante su estancia en el centro, medicaciones… por no hablar de los costes de la electricidad, agua, así como muchos otros que pueden surgir en cualquier momento, como contratación de educadores caninos, costas de juicios por denuncias por maltrato animal, merchandising para recaudar fondos…
También debemos destacar que la mayoría de las asociaciones tienen que hacer ingeniería financiera para mantener a flote el proyecto y, por ende, a los animales de los cuales son responsables ética y legalmente. En España no existen las subvenciones públicas a la protección animal y por mucho que los políticos prometan y prometan para lograr resultados electorales, son absolutamente utópicas. Las asociaciones se financian a través de socios, padrinos, donaciones puntuales, recaudación a través de la venta de merchandising en eventos y, en escasas ocasiones, donaciones de empresas privadas.
«Los costes derivados de la protección de los animales deberían ser una partida presupuestaria del Estado, ya que es una responsabilidad de los gobiernos y, a pesar de ello, las asociaciones se hacen cargo de estos gastos para salvar miles de vidas.»
Por último, aunque no menos importante, sino todo lo contrario, adoptando salvas vidas y facilitas la labor a dicha asociación para que pueda seguir trabajando para dar una oportunidad a los cientos de miles de animales que abandonan cada año en España. La tasa de adopción es una nimiedad en comparación a la labor que hacen las asociaciones por dar una mejor vida a los animales y, sobre todo, en comparación a lo que te va aportar tu nuevo compañero de vida, un animal que, por fin, se merece ser feliz junto a una familia y te entregará su amor incondicional.